En el origen, era solo una chaquetilla; la leyenda ha llegado a considerar que se la regaló el presidente de los Estados Unidos y que la repartió en pedacitos a sus parientes. Todavía no tenemos claro (en el 2014) si hubo más de una chaquetilla, si Roosevelt le hizo algún obsequio por bailar en su honor, ni cuándo se dedicó a recortar la torerita, si fuera cierto…
La primera noticia que tenemos de la chaqueta es en abril de 1943, mientras Carmen Amaya triunfaba apoteósicamente en el cabaret La Conga de Nueva York, gestionado por Jack Harris.
En marzo de 1943 ya aparece una crónica sobre la chaquetilla dando a entender que lo de que valía 100.000 dólares era una estrategia comercial del agente de prensa de la bailarina. El texto de «El Curioso Pertinaz» para la revista neoyorquina escrita en español Cine Mundial, nº 3, decía así:
Cuando baila la genial artista flamenca, electriza a los espectadores del más tropical de los cabarets neoyorquinos. Está jadeando todavía cuando nos acercamos a arrancarle algunas palabras. Nos dice que tiene 22 años y se lo creemos. Que le gusta el cine, pero que no se entiende en Hollywood. […] Está muy orgullosa de la chaquetilla que lleva puesta y que su agente de prensa ha hecho correr la especie que vale, con sus lentejuelas de oro y diamantes, cien mil dólares. Decimos que esto es una gitanería. Carmen afirma que es verdad. Observamos una bella cesta de flores y declara que se la ha regalado «mister Harry». Este misterioso personaje es Jack Harris, el dueño del cabaret. Fuera del buen vino, nos dice que las bebidas que prefiere son en este orden: agua, coca-cola y cerveza. Y nos da la buena nueva de que va a estudiar el inglés. La única artista en Broadway que hablará el inglés con acento andaluz.
De Carmen Amaya, hasta las leyendas son poéticas y parte de lo que generan esas invenciones se convierte en arte. A mí me gusta especialmente la chaquetilla que creó la diseñadora de vestuario Yaiza Pinillos para Olga Pericet. La estrenaron en el pequeño homenaje que le tributó el Mercat de les Flors de Barcelona a Carmen Amaya en mayo de 2013. Olga Pericet inauguró con su baile una sala de pequeño formato que a partir de ahora recibe el nombre de la genial bailaora.
Como curiosidad histórica, para el diseño de imagen fucsia Yaiza se inspiró en una fotografía de Bruno de Hollywood (la foto de la derecha en blanco y negro), con pantalón y chaleco, realizada en 1957 o 1958.