En los primeros días de noviembre de 1963, el alcalde de Barcelona, Josep Maria de Porcioles, fue a visitar a Carmen Amaya mientras estaba hospitalizada en la clínica del Dr. Puigvert.
Le obsequió con un ramo de flores (de las Ramblas) y Carmen dedicó unas sentidas palabras al público, estremecedoras:
[…]
Estoy pasando toda mi vida entera
desde que me acuesto hasta que me levanto.
Todos mis años de arte, de triunfos, […]
recordando a todos,
les doy las gracias a todos,
un abrazo a todos…